El campanario de San Marcos, de 98,6 metros de altura, es un elemento destacado del paisaje urbano de Venecia. Situado en la plaza del mismo nombre, es la única torre que se alza frente a la Basílica. La torre es un símbolo de la ciudad y es fácilmente reconocible por su forma sencilla y sus columnas rectas de ladrillo. Alberga cinco campanas y está rematada con una forma piramidal, en cuya cúspide se alza el Arcángel Gabriel.
El campanario alcanzó su forma actual en 1514, pero tuvo que ser reconstruido y terminado en 1912 tras un derrumbe en 1902. La construcción inicial de la torre comenzó en el siglo IX, durante el reinado de Pietro Tribuno, y se incorporó a la institución romana. Se utilizó como torre del reloj y su construcción finalizó en el siglo XII, durante el reinado de Domenica Morasini.
La base del campanario formaba parte de las viviendas de los guardias militares del Palacio Gótico. Esta zona fue encargada por Sansovino y se amplió en 1633. La torre sufrió daños importantes en un incendio en 1489, que destruyó la parte superior de madera de la torre. La torre adquirió su forma definitiva en el siglo XVI, tras una restauración posterior a los daños causados por un terremoto en marzo de 1511.
P.za San Marco, Venice
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El Campanile de San Marco, también conocido como el Campanile di San Marco, es un destacado punto de referencia en Venecia, Italia. Con una altura de 98,6 metros, ofrece vistas panorámicas de la ciudad y su laguna. Los visitantes aprecian el viaje en ascensor hasta la cima, lo que les evita subir escaleras. Las vistas desde la cima generalmente se describen como impresionantes, permitiendo a los turistas ver toda la ciudad, incluyendo la Plaza de San Marcos, el Gran Canal e incluso las islas circundantes en un día claro.
Muchos críticos mencionan que la torre puede estar abarrotada, especialmente durante las temporadas turísticas altas, y puede haber largas colas para el ascensor. Es aconsejable comprar los boletos con anticipación o visitar temprano en el día para evitar largos tiempos de espera. Algunos visitantes consideran que la tarifa de entrada es un poco cara, pero la mayoría está de acuerdo en que las vistas valen la pena.
La historia de la torre, que se remonta al siglo IX, aumenta su atractivo. Aunque la estructura actual es una reconstrucción de principios del siglo XX (después de que el original se derrumbara en 1902), representa fielmente el hito histórico.
Si bien la experiencia en la cima es muy elogiada, algunos visitantes señalan que no hay mucho que ver o hacer dentro de la torre además de disfrutar de las vistas. La plataforma de observación puede sentirse estrecha cuando está ocupada, y el tiempo permitido en la cima puede parecer limitado para algunos.
En general, el Campanile de San Marco se considera una atracción que vale la pena por sus impresionantes vistas de Venecia y su importancia histórica, a pesar de algunos problemas de aglomeración y el costo relativamente alto de la entrada.
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